La primera fundación de la ciudad de Mendoza en 1561 fue realizada por Don Pedro del Castillo, quien nombró como Santo Patrono a San Pedro. Un año después, en 1562, Don Juan Jufré ordenó el traslado de la ciudad (unos pocos metros apenas) a la que cambió el nombre por el de Ciudad de la Resurrección y el Santo Patrono por Santiago Apóstol. En todo tiempo se cuecen habas. ¡Parece que los conflictos e internas políticas son tan antiguos como el hombre!
El caso es que Don Juan Jufré, evidentemente, pretendió quedar como fundador de la ciudad (razón por la cual le cambió el nombre y el patrono) si no sólo hubiera trasladado la ciudad, cosa que solía hacerse. No le fue bien con la triquiñuela pues el nuevo nombre de la ciudad no prosperó y todos siguieron llamando a la reciente ciudad con su primer nombre: Mendoza.