Por Fernando Jaramillo
El problema
Debido a la penetración ideológica marxista en América se vio oportuna
la situación para hacer del gran hecho hazañoso al que debemos las raíces de
nuestro ser nacional, una víctima de la interpretación marxista dialéctica de
la lucha de clases, imponiendo el esquema simplista y conocido del opresor-oprimido. Como también y desde mucho
antes, la leyenda negra se cernía sobre este tema, hizo camino rápidamente y en los últimos años ha tomado realce, interés
y difusión por los medios de comunicación, la reivindicación de los derechos de
los “pueblos originarios”.
La postura
indigenista
Por lo que se ve, entonces, no es tanto la defensa y el amor a los
nativos, sino más bien la aversión a lo español-católico. ¿Por qué? Porque no
son coherentes con lo que pregonan. Porque si tan a favor están de lo aborigen
¿por qué no desisten de vivir en nuestra sociedad, en nuestra civilización y
forman comunidades indigenistas, que adquieran los mismos hábitos de aquellos,
abdicando primero de hablar el castellano, y después de todo lo otro, como
comer sentados a la mesa? Lo que sí ya se ve algunos rasgos exteriores símiles
a los de los aborígenes: cuerpos tatuados con dibujos raros, perforados por
aros y pendientes, cortes de pelo exuberantes y poco civilizados, vestidos o
casi vestidos con telas que apenas cubren el cuerpo (al que tenga dudas lo
invitamos a que concurra a los Encuentros
Nacionales de Mujeres Autoconvocadas donde se atisban además de todo lo dicho,
actos lésbicos de mujeres desnudas profiriendo sonidos indígenas alrededor de
una imagen de la Virgen o del Papa quemada).
El parangón
histórico
¿Qué pasó con las colonias inglesas de Norteamérica? ¿Qué pasó con los pieles rojas por ejemplo? Solo basta ver
alguna serie de cowboys para constatar que limpiaron el desierto de indios, que
los aniquilaron y que asentaron colonias inglesas nomás.
¿Genocidio en centro y sur de América? Como dijera un amigo… que no te la cuenten.
Dos reglas hay que sostener en Historia: no mentir nunca y atreverse a decir siempre la Verdad.
Felicito lo claro y conciso que ha sido, Centinela.
ResponderEliminarUna cosa sería “aceptar” que nuestros enemigos zurdos difamen el cuentito estúpido de que los españoles mataron, fue nuestra perdición y más caradureces que causan risa a cualquiera con dos dedos de frente.
Pero realmente triste y escandaloso de este tema, es que entre nosotros mismos, CATÓLICOS, hayan muchos que anden vociferando lo mismo… ¡¡es que es increíble!! Y cuántos que por vergüenza pública, por pretender “quedar bien” se hacen los tontos y se quedan calladitos!!! aún más, yo misma he tenido que escuchar con el corazón en la boca, a “uno de los nuestros” acomodar su discurso para el día de la diversidad cultural...
¡Despertemos! No es que jodamos a nuestras conciencias, es que estamos DESTRUYENDO nuestra cultura y la Santa Religión Verdadera.
Felicito lo claro y conciso que ha sido, Centinela.
ResponderEliminarUna cosa sería “aceptar” que nuestros enemigos zurdos difamen el cuentito estúpido de que los españoles mataron, fue nuestra perdición y más caradureces que causan risa a cualquiera con dos dedos de frente.
Pero realmente triste y escandaloso de este tema, es que entre nosotros mismos, CATÓLICOS, hayan muchos que anden vociferando lo mismo… ¡¡es que es increíble!! Y cuántos que por vergüenza pública, por pretender “quedar bien” se hacen los tontos y se quedan calladitos!!! aún más, yo misma he tenido que escuchar con el corazón en la boca, a “uno de los nuestros” acomodar su discurso para el día de la diversidad cultural...
¡Despertemos! No es que jodamos a nuestras conciencias, es que estamos DESTRUYENDO nuestra cultura y la Santa Religión Verdadera.